Tres ideas para ‘arrancar’ un negocio
Tener un negocio es el sueño de muchas personas que buscan dar un giro a su vida, e incluso, incrementar sus ganancias con el plus de ser sus propios jefes. La idea resulta atractiva, pero antes de dar el paso hay que considerar algunos aspectos. Entre éstos, preguntarse ¿estoy dispuesto a operar este negocio las 24 horas del día? ¿Me apasiona la idea?
Es común escuchar que todos quieren emprender, pero en realidad pocos se convierten en empresarios. Esta decisión va a determinar, en el futuro, tu estilo de vida, expresa Esperanza Ricalde, directora institucional de la Red Incubadoras de la Universidad del Valle de México (UVM).
Algunas veces la gente asocia la palabra 'emprender' con imágenes que no coinciden con la realidad. Para empezar, no hace falta ser ni joven ni necesariamente haber pasado por un gran entrenamiento académico. Lo necesario, "y eso sí es irremplazable, es tener una convicción" en lo que se quiere iniciar, dice Andy Freire, autor del libro Pasión por Emprender.
Una vez que se tiene el ‘coraje' para asumir esa decisión, el siguiente paso es ubicar ¿por dónde empezar? Lo indispensable es tomar en cuenta tus intereses, lo que te gusta, detalla Ricalde. De acuerdo con estadísticas de William Bygrave, académico de la escuela de negocios Babson College de Boston, un 90% de las ideas que se ponen en marcha son producto de la actividad desarrollada previamente por la persona.
Otro aspecto importante es platicar el proyecto, pero no exclusivamente con familiares y amigos, hay que sondear la idea entre posibles clientes. Muchos emprendedores no hacen esto porque temen que quien los escuche intente ‘robar' la idea. Se quedan con esa impresión, "en lugar de salir a cotejar, contrastar con el mercado", apunta Freire.
Una alternativa valiosa es recurrir a expertos. Para Ricalde, un error común es omitir este paso. Los expertos, precisamente, te van a cuestionar para identificar si el proyecto tiene o no posibilidades.
¿Cómo se pueden detectar ideas con un buen potencial de realización? Andy Freire sugiere, en su obra, comenzar por hacer una lista de las áreas relacionadas con la actividad que actualmente se desarrolla.
Un camino más es ‘importar' un concepto que tenga éxito en el extranjero y adaptarlo al mercado mexicano. Cual sea la elección, enseguida se enlistan nichos en el que existe potencial para comenzar un proyecto, de acuerdo con la especialista de la UVM. Toma nota.
1. Turismo de negocios. Esta actividad, en su categoría ‘individual' (viajeros de negocios) y ‘grupal' (congresos, convenciones, viajes de incentivo, ferias) genera una interesante derrama en México, a diferencia del turismo de placer. En gasto promedio representa 158% más un convencionista frente a un vacacionista común, según estimaciones de la Asociación Internacional de Convenciones y Congresos (ICCA). Esto lo coloca como un sector atractivo donde emprender.
Ideas. Los empresarios al viajar por negocios desean ocupar sus ratos libres para disfrutar del destino, "conocer la ciudad de noche, ver un buen espectáculo y regresar a trabajar al día siguiente", menciona Ricalde.
Se puede pensar en una empresa que ofrezca paquetes de entretenimiento a la medida de esos viajeros. Si la persona sólo tiene tres horas, que tenga opciones ‘a la mano' para aprovechar ese espacio. Lo ideal es que no invierta su tiempo en buscar planes.
2. El negocio de... comer. En el país, el mercado de consumo de alimentos orgánicos (libres de plaguicidas y fertilizantes) va en aumento; sin embargo, entre 85% y 90% se exporta y del resto sólo 5% se vende a nivel nacional, según datos de la Universidad Autónoma Chapingo. Esta cifra habla de lo que puede representar la industria de 'comida sana'.
La dieta adecuada para controlar el peso; madres que quisieran cocinar para sus hijos pero "la vida no les da", estos dos conceptos engloban un área ávida de propuestas por desarrollarse: se trata del buen comer.
Ideas. Opciones de menús personalizados. Este tipo de emprendimientos quizá ya suene en el radar de los negocios, aquí la sugerencia es usar el concepto ‘a tu medida'. Qué tal ofrecer este servicio entre madres y oficinistas, colocando en el recipiente de los alimentos una etiqueta que indique cantidad de calorías en el platillo y/o porciones utilizadas. Incluso, una recomendación de lo que se podría ingerir el resto de la semana, en caso de excederse en la alimentación en un solo día.
Sería favorable ofrecer un menú para toda la semana, y que la persona pueda hacer su pedido vía Internet. A una mamá este servicio la beneficiaría, porque evita tener que cocinar, pero, a su vez, tiene mayor control de lo que ingieren los hijos, opina Ricalde.
3. Educación. La tasa de participación económica de las mujeres de 14 años y más, con al menos un hijo, supera el 43%, y la cifra sobrepasa el 70% en el caso de mamás solteras, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Ideas. Para la mujer que trabaja (divorciada o casada) y con familia es vital poder agilizar ciertas actividades, como ayudar al hijo en las tareas, así ocupa el tiempo que está con él de otra manera. Esperanza Ricalde refiere considerar un negocio que integre varios servicios vinculados con la educación, algo así como un "súper centro de estudios".
Asociándose entre varios conocidos se puede pensar en un espacio físico donde la mamá lleve al hijo por un rato, y ahí pueda conseguir los materiales para tarea, además de maestros que ayuden en el desarrollo de las mismas, o regularicen a los niños en temas variados. "Lo importante es ubicar en un sólo lugar las diferentes asesorías que el alumno necesite".
A decir de la especialista, existen otros conceptos en el extranjero que podrían desarrollarse de manera local con posibilidades de éxito. Uno de ellos es el alquiler de atuendos y accesorios para la boda. Es un desarrollo exitoso en España, en México tendría que adaptarse con ciertas particularidades, como asegurar al cliente que toda la ropa "está limpia bajo el uso de tal proceso".
Eso, dice Ricalde, conlleva a otra variable vital al 'tropicalizar' una idea, esto es observar y entender muy bien la cultura del país donde se implanta. En los mexicanos, el que un servicio te inspire confianza es fundamental porque, por cultura, somos "más desconfiados".
La especialista de la UVM da otro consejo para quienes están en fase de estrenarse como empresarios: no esperar a que un tercero, una instancia, por ejemplo, preste todo el dinero para arrancar. "Si la idea es buena puedo convencer a otros", un tío, por citar un caso. Hay que considerar tener un capital propio, el cual se forme de ahorros y convenciendo a más gente cercana de sumarse al proyecto.